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OTITIS EN PERROS
Clasificación y tipos de otitis en perros
La otitis en perros es una de las patologías más comunes y dentro de ellas la externa que es la más habitual, se debe a la inflamación del conducto auditivo externo distal a la membrana timpánica del oído, estando o no afectado el pabellón auditivo.
Existen otros tipos de otitis que revisten más gravedad al estar afectadas estructuras interiores al tímpano, como son la otitis media e interna y de las que hablaremos en otros casos y artículos.
Debemos tener en cuenta que una otitis externa no tratada a tiempo, puede evolucionar a una otitis media o interna si entra la infección a través del tímpano. Por ello es importante acudir a la clínica veterinaria lo antes posible, en cuanto nuestro perro presente los primeros síntomas.
Predisposición racial y síntomas de las otitis
Existe predisposición de algunas razas, como el cocker spaniel o el yorkshire terrier, a padecer la enfermedad; y se ve de forma más frecuente en climas húmedos. Los signos clínicos más comunes son:, sacudidas de cabeza, rascado, mal olor, dolor al manipular la oreja, exudado y enrojecimiento.
La otitis en perros es una enfermedad muy compleja y hay algunos conceptos que se deben entender para comprender su importancia y la dificultad del tratamiento. En cualquier caso, será el veterinario quien deberá examinar al perro y detectar las causas para realizar un correcto diagnóstico.
Influyen multitud de factores, como los genéticos comentados anteriormente, la propia forma y anatomía de la oreja, orejas caídas, canales estrechos o con pelos, no ayudan a que este conducto auditivo ventile y favorecen la aparición de estas otitis.
Por último, también influyen los climas húmedos o los baños muy frecuentes, así como la aparición de masas o pólipos inflamatorios o enfermedades generalizadas, especialmente si afectan al sistema inmune de nuestro animal.
Diagnóstico y tratamiento de la otitis en perros
Para un correcto diagnóstico de la enfermedad tendremos que llegar a la causa primaria que origina esta otitis; si sólo tratásemos las causas secundarias, el animal nunca se curaría.
Por ello es importante ponerse en manos de un buen profesional veterinario que descarte desde un origen más complejo, como el alérgico, uno parasitario o infeccioso, o simplemente podría ser un cuerpo extraño como por ejemplo una espiga que hay que extraer.
Con la llegada del buen clima, pasamos más tiempo al aire libre con nuestros perros, y como es lógico los peligros para ellos aumentan. Las espigas son uno de estos enemigos desconocidos de los perros. Por su forma, vuelan con mucha facilidad y es muy posible que se claven en la piel, las orejas o la nariz de nuestros peludos. Pueden ser inofensivas y no pasar de un arañazo superficial, pero es cierto que si se mantienen clavadas durante muchas horas, pueden surgir los problemas.
Lo más común es que se claven en la piel, y por el abundante pelaje de los perros es fácil que pasen desapercibidas, sobre todo en zonas como los interdigitales, axilas o las almohadillas de las patas. En estos meses, es una buena idea que revisemos frecuentemente la piel de nuestro perro, apartando su pelo (así detectaremos además posibles parásitos, otro gran peligro que trae consigo el calor). Si encontramos una espiga y está clavada limpiamente y sin rastro alguno de infección, podemos retirarla nosotros y vigilar que el perro no se lama la zona afectada, pero ante cualquier complicación debemos acudir al veterinario.
Otra precaución que podemos tomar es recortar el pelo de las zonas más complicadas, como las axilas y patas. Así evitaremos que se enrede en el pelo y que posteriormente se clave, y si se queda alguna, la veremos con mayor facilidad.
Como decíamos, que la espiga se clave en la piel del animal es el menor de nuestros problemas. El verdadero peligro llega cuando se introducen en algún orificio, especialmente en los oídos, los ojos y en la nariz. En estos casos, si no actuamos con rapidez, se pueden llegar a producir serias complicaciones.
Con todo, no debemos alarmarnos, pero sí estar atentos durante nuestros paseos a cualquier señal de que algo le molesta, que anda de forma extraña o cojea, o que de pronto se pone muy nervioso. Y ante cualquier duda, ya sabes, acude al veterinario sin demora.
Es también el verano la época de más calor y con el calor las otitis son más frecuentes, por eso es importante despejar de pelo los oidos para que ventilen mejor y tener mucho cuidado con los baños.
Si dejamos que las otitis sean recurrentes el proceso se cronifica y los tejidos se fibrosan siendo el tratamiento y la curación a posteriori mucho más difícil.
A propósito de un caso clínico veterinario
En el caso que os presentamos hoy, tenemos a Pipo un carlino de 8 años que llega a nuestra clínica con una otitis intensa en el oido derecho. Su dueño refiere que estas otitis vienen siendo muy recurrentes desde los 4 años, lo cual nos indica que no se ha llegado a la causa primaria desde entonces.
Puesto que el animal viene con mucho dolor se le pauta un tratamiento de choque para que se pueda realizar una exploración y se le cita a los dos días para realizar una exploración profunda y la toma de muestras para citología (que es una prueba especial para poder ver cuál es el problema real de este oído).
Las pruebas de otoscopia permitieron descartar un cuerpo extraño y en las citologías se observa una fuerte infección bacteriana. Después de realizar un cultivo y antibiograma se comprueba que en el caso de Pipo, estas bacterias a lo largo de todos estos años habían desarrollado muchas resistencias a los antibióticos, teniendo además como causa primaria desencadenante del cuadro clínico una alergia alimentaria.
El tratamiento de las otitis en los perros es largo y complejo y en muchas ocasiones no tiene cura, y se deben realizar tratamientos preventivos de por vida. Para el caso que nos ocupa eligiendo un tratamiento adecuado hemos conseguido curar la otitis de Pipo en cuatro semanas.
Mantenemos una limpieza preventiva semanal de oídos con un limpiador adecuado e implementamos un cambio de dieta para su alergia. Pipo ha mejorado espectacularmente no solo en cuanto a sus otitis, sino a la piel y estado de salud en general, pues hemos llegado a diagnosticar y curar a la causa primaria de su otitis.
En el caso de las otitis, automedicar al perro es especialmente peligroso, por los posibles efectos adversos de los productos si el tímpano está dañado y por el riesgo de crear resistencias bacterianas.
Nuestra clínica veterinaria, posee laboratorio interno propio, especializado en pruebas diagnósticas para animales de compañía, proporcionándonos una información valiosa a la hora de diagnosticar las enfermedades de nuestros pacientes de modo rápido y eficiente.
Dra. Maria J Cabeza
Directora de la Clinica Veterinaria en León Maria J. Cabeza.
Veterinaria Colegiada:1397