Saber si nuestro perro esta abatido
El perro es una mascota muy dependiente de sus dueños y también con gran corazón y sentimientos. Por este motivo, si nuestro perro muestra decaimiento o apatía, esta puede ser debida a una patología física, pero también se puede dar un motivo psicológico.
Cuando un perro está abatido, tiene la mirada triste (ojos caídos) y es muy frecuente que no responda a la llamada, siendo evidente que el perro muestra su malestar.
Para asegurarnos de que no se trata de un proceso patológico físico o un problema de salud, lo primero que debemos hacer es medir su temperatura vía rectal, mediante un termómetro que podemos adquirir en León en cualquier farmacia, o acercarnos a nuestra clínica veterinaria de confianza.
Esto es porque aun cuando tenga, por ejemplo, el morro o las orejas calientes, nunca debemos llegar a conclusiones que podrían ser erróneas, ya que un perro no tiene por qué tener fiebre aun con el morro u orejas calientes. Una vez hayamos medido su temperatura, si está por debajo de los 38 °C o por encima de 39 °C probablemente esté enfermo.
Debemos a continuación esperar 30 minutos para confirmar dicha temperatura, si con esta segunda medición, continúa estando fuera del rango saludable debemos acudir al veterinario.
Por otro lado, si la temperatura está dentro del rango le observaremos, puede que haya sido un mal rato que ha pasado, y seguiremos tomándole la temperatura tres o cuatro veces el primer día.
Si este estado va acompañado de vómitos, podemos estar padeciendo una gastritis, pero usualmente este suceso, supone que tarde o temprano tendrá fiebre; y en este caso debemos acudir siempre al veterinario antes de que empeore su cuadro clínico.
Si la temperatura sigue estacionaria y no hay vómitos, entonces podemos tener relativa tranquilidad de que pueda ser algo psicológico, pero sin embargo, debemos evaluar por qué está nuestro perro en ese estado.
Ante cualquier duda, una forma muy sencilla de comprobar si nuestro perro se encuentra mal por el motivo que sea, es ofrecerle algo que le guste mucho para comer y si el perro no está en óptimas condiciones, por regla general, lo rechazará si está enfermo y si no está tan enfermo simplemente aceptará el regalo.
Obviamente, ante cualquier duda y para nuestra tranquilidad, es mejor acudir al veterinario, ya que guiándonos por nuestro instinto y aunque conozcamos a nuestro perro, muchas enfermedades físicas no se ven, y nuestra mascota puede que tenga, desde parásitos, un diente infectado, un traumatismo a nivel articular, cáncer, etc…
Por eso lo importante de las revisiones periódicas; para una prevención, detección precoz y mejor conocimiento por parte de nuestro veterinario de nuestro perro.
Una vez que las causas físicas están descartadas (esto lo debe hacer un veterinario), si el estado de tristeza de nuestro perro continúa, puede que esté sufriendo una depresión por algún motivo.
Este es un caso clínico que también debemos resolver, porque los perros pueden padecer enfermedades mentales como los seres humanos.
Los motivos de una depresión son múltiples, desde los sentimientos que tiene un perro que ha sido abandonado en el pasado y que nosotros ahora queremos adoptar, el fallecimiento de un familiar al que quería mucho o sienten mucho también la pérdida de otra mascota compañera. De la misma manera, sufren mucho los cambios en su vida, ya que los perros adoran una estabilidad y seguridad, por lo que si sus dueños se separan, lo sentirán mucho.
Inclusive aspectos menos graves serán motivo de melancolía o tristeza para ellos, como una mudanza (ya que cogen mucho afecto a su hogar y orden particular de las cosas), o simplemente un clima poco agradable (algunos perros se ponen tristes si llueve muchos días seguidos).
Estas causas deben ser analizadas de forma paciente y minuciosa para encontrar el problema o causa principal. Si es necesario, el médico veterinario también está disponible para las enfermedades psicológicas de nuestra mascota. Además, nunca está de más llevarlo a una escuela de adiestramiento canino, como la que tenemos en León.
Dra. Maria J Cabeza
Directora de la Clinica Veterinaria en León Maria J. Cabeza.
Veterinaria Colegiada:1397