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TUMORES MAMARIOS CANINOS

Dentro de la oncología veterinaria los tumores mamarios caninos son los más frecuentes en la perra, especialmente en zonas donde no se esteriliza de forma rutinaria a las perras jóvenes antes de los 2 años.

Este riesgo a diferencia de los humanos aumenta con la edad, siendo los principales factores de riesgo los hormonales. Como ya hemos comentado en otros artículos de la web, una esterilización temprana reduce el riesgo de aparición de estas neoplasias en gran medida.

A la hora de establecer un diagnóstico, en nuestra clínica veterinaria en León realizamos una historia clínica y un examen físico completo del animal siendo muy importante averiguar cuando han salido esos tumores y el ritmo de crecimiento.

A veces estos tumores llevan mucho tiempo, pero si de repente empiezan a crecer con rapidez suelen ser tumores benignos que se han vuelto malignos.

Aunque el estado general de la mayoría de las perras con estos tumores suele ser bueno, puesto que suelen ser en un principio displasias o tumores benignos, si no se extirpan, con el tiempo pueden transformarse en malignos.

Los tumores malignos, pueden provocar otros síntomas más graves, por metástasis local o a distancia, como dolor, cojera, tos, dificultad respiratoria, intolerancia al ejercicio, anorexia, etc .

Se exploran todas las glándulas mamarias, anotando localización,  tamaño, adherencia y grado de ulceración; así como los ganglios regionales a los que drenan estas mamas por si estuviesen afectados. 

Dentro de nuestro protocolo de oncología está indicado para toda neoplasia realizar una citología mediante punción con aguja fina y en función de los resultados una analítica completa y una radiografía de tórax, pues es el órgano con más probabilidad de metástasis a distancia. 

Es menos frecuente que la metástasis sea hacia abdomen, por lo que la ecografía abdominal o el TAC, no se realizan de rutina como la radiología torácica, salvo indicación clínica.

Después de esta aproximación diagnóstica y para establecer el alcance del proceso tumoral, se emplea una clasificación teniendo en cuenta el tamaño del tumor, la invasión local y de los ganglios regionales y la presencia o no de metástasis a distancia.

De esta forma se clasifican los tumores mamarios caninos en cinco estadios (del I al V) siendo el V el de peor pronóstico.

De esta manera informamos a los dueños del pronóstico inicial y de las diferentes opciones de tratamiento.

De todas formas el diagnóstico definitivo se realiza siempre con el estudio histopatológico de la biopsia del tumor que nos da información del grado de malignidad en los tumores malignos, estableciendo así el veterinario un pronóstico después de la cirugía.

Los tumores mamarios caninos son muy variables histológicamente, lo que hace muy difícil su clasificación.

Algunos tipos de tumores mamarios caninos malignos, están asociados a un peor pronóstico.

Existen carcinomas y sarcomas de muchos tipos, siendo el carcinoma inflamatorio, los carcinomas anaplásicos, los simples, mixtos y todos los sarcomas, los de peor pronóstico.

Los de mejor pronóstico son los carcinomas in situ y los carcinomas complejos.

Por otro lado los tumores benignos e hiperplasias de mama, son frecuentes en perras, pero si se extirpan en su totalidad y con amplios márgenes suelen tener muy buen pronóstico.

Todos ellos pueden evolucionar a tumores malignos si no se extirpan con cirugía.

Existe como comentamos anteriormente una clasificación histológica de malignidad tumoral en tres grados de malignidad creciente (grados I, II y III).

En general podemos decir, que el 95% de los tumores de grado I no se reproducen después de la cirugía y que el 16% de los tumores de grado II y el 60% de los de grado III se reproducen o hacen metástasis en el plazo de 2 años después la cirugía.

El tratamiento de elección para los tumores mamarios caninos es quirúrgico y se establece en función de la edad, estado general del paciente y el estadío del tumor.

Es curativo en perras con displasias, tumores benignos y tumores malignos en estadios clínicos I y II de bajo grado y si no lo fuese, mejora mucho la calidad de vida y aumenta la supervivencia de nuestros pacientes.

Por supuesto y como hemos comentado anteriormente, siempre debemos enviar todos los tumores extirpados para su estudio anatomopatológico.

Además debemos tener en cuenta que al contrario de lo que sucede en la mujer, la malignidad de los tumores mamarios caninos, aumenta con la edad.

Por tanto cuanto más rápido sea el diagnóstico y el tratamiento de nuestro paciente, las complicaciones quirúrgicas van a ser menores, tendremos un mejor pronóstico y evitaremos que las lesiones benignas se vuelvan malignas.

Únicamente en los estadios clínicos III avanzados y de metástasis a distancia no se recomienda la cirugía.

Existen varias técnicas quirúrgicas y la elección dependerá del número de tumores, su estadiaje y el estado general del animal.

Lo más frecuente es hacer una mastectomía local, extirpando el tumor y la glándula afectada, cuando el tumor está cerca del pezón y es una lesión única y de tamaño intermedio (0,5- 3 cm).

La mastectomía regional está indicada para tumores grandes (3-5 cm) o adheridos y/o cuando hay varios tumores en la cadena mamaria.

Finalmente, la mastectomía completa unilateral o bilateral está indicada en tumores de gran tamaño (≥5 cm), (> 3 cm en perras < 10 kg), ulcerados, adheridos a piel, o bien, cuando hay varios tumores en toda la cadena, independientemente del tamaño.

La efectividad de la quimioterapia en perras con cáncer de mama es controvertida por sus numerosos efectos secundarios, y se reserva solo para animales con afectación local avanzada, con un pronóstico clínico e histológico malo, o para tratar metástasis a distancia.

En la clínica veterinaria María J. Cabeza utilizamos una quimioterapia a días alternos y a bajas dosis (quimioterapia metronómica), muy eficaz para reducir el crecimiento tumoral en ciertas neoplasias y con muchos menos efectos secundarios para nuestros pacientes.

Se recomienda en perras con tumores mamarios en estadios clínicos III y IV después de la cirugía, o incluso en estadios IV (con metástasis a distancia).

Todo el personal de la clínica María J. Cabeza comprende que la afectación de una mascota por una de estas enfermedades, puede ser una experiencia muy triste e incluso traumática para toda la familia.

No dude en buscar ayuda o consejo; pregunte a su veterinario o a nuestro personal sobre la mejor manera de hacer frente a esta situación.

En la clínica veterinaria María J. Cabeza ponemos todos nuestros medios (experiencia, tecnología y calidad humana) al servicio de nuestros pacientes.

Porque creemos que nuestras mascotas merecen ser cuidadas (incluso en los últimos momentos de su vida) con amor, dignidad y respeto.

Fuente: Dra. María Dolores Pérez Alenza. Universidad Complutense Madrid.

 

Dra. Maria J Cabeza

Dra. Maria J Cabeza

Directora de la Clinica Veterinaria en León Maria J. Cabeza.
Veterinaria Colegiada:1397

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